lunes, 20 de abril de 2009

Y después que?

Votar en blanco significa una revolución sin armas. Es silenciosa, sigilosa e inficionante. Cala hasta los huesos del sistema que corrompieron durante años todos los que sirvieron y se sirvieron de él.
Que se vayan todos, no debe ser una declamación, debe ser una obligación ciudadana. Es probable que algunos vuelvan con nuestro mandato inaugurando una era de real ejercicio democrático. Nosotros mandamos. Cuando votamos sin saber a quien, permitimos que luego ellos nos manden a nosotros y se enojen con nosotros (ver campañas de políticos), nosotros estamos enojados y debemos hacerlo saber.
Algunos beneficios de cambiar el sistema: 
Conocer al concejal del barrio, al diputado de la secciòn, al senador de la provincia. Que legisle para nosotros y no para su patrón de turno. Que se una a la lucha de la gente por hacer cumplir la Constitución y las leyes. 
Poder elegir al comisario de la ciudad que debe ser civil. Volver a la policía barrial. Hacer que el concejo y las cámaras sean un ámbito de libertad y democracia y no un antro donde los que viven de espaldas a sus electores se refugian para volverse inimputables.
Votar en blanco es ahora, para poder votar mañana a los nuestros.

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